lunes, 30 de agosto de 2010

Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías

No había leído nunca nada de Javier Marías y "le tenía ganas". Cogí este de la biblioteca y la verdad es que me ha sorprendido gratamente. Las primeras 100 páginas son magistrales, luego se diluye un poco pero acaba bien (como narrador es impresionante y como dialogista un poco flojo, por lo que la parte central que es más "dialigante" pierde un pici). En resumen me ha gustado muchísimo (tanto que he leído ya otros 3 de libros del mismo autor, que aparecerán próximamente en este blog:-D ).

El argumento es sencillo. Un tipo se cita con una mujer a la casi no conoce (casada con el marido de viaje y con un niño de 2 años). Se citan en la casa de ella y cuando se van al dormitorio (tras haberse encargado el niño) ella se muere repentinamente. No destripo nada porque esto lo cuenta en la primera página!!!

domingo, 29 de agosto de 2010

The moment it clicks, de Joe McNally


Joe Mcnally es un fotógrafo conocido en el mundo del a fotografía reciente. Además de fotógrafo, es formador, imparte workshops, crea vídeos formativos, da conferencias, etc. Fotógrafo en nómina de Life, varias portadas de National Geographics... Hemos visto muchas de sus imágenes sin saber que son suyas. Su libro tiene un formato curioso y un interesante punto de vista a la hora de enseñar fotografía. En una página hay una foto y en la de al lado, el autor nos cuenta algo sobre la foto. Cómo se le ocurrió, cómo tuvo que pelearse para conseguir que un magnate posase, o cómo robó aquella foto. En lugar de hablar de la parte técnica, nos cuenta cómo fué el proceso hasta conseguir la foto, si tuvo que sobornar a un chófer, ... Hay bastantes anécdotas, como por ejemplo cuando nos cuenta que tuvo que dar de comer a animales en una granja para que Ken Kessey (One Flew Over the Cuckoo´s Nest) posara. Es bastante recomendable, yo me lo he leído dos veces, una devorando imágenes y otra disfrutando del sarcasmo de los comentarios de muchas de las fotos.

Elantris, de Brandon Sanderson


Tras tirarme un par de horas en la librería La Tarde, hojeando y rebuscando libros de ciencia ficción de segunda mano, y no encontrar nada, decidí volver a la táctica habitual, comprar a boleo y esperar que el resultado fuera interesante. Así me compré Elantris, de Brandon Sanderson. No había leído nada de él, pero no tenía mala pinta, y además, no tenía nada que perder.

Más que ciencia ficción es una historia fantástica situada en un mundo inventado, parecido a los mundos de Darkover. A medida que avanza el libro, se van revelando las reglas que dan coherencia a la aparente magia de Elantris, y se suaviza bastante el misticismo de la primera parte. 

El libro está escrito desde tres puntos de vista, personajes bastante elaborados, y cuyas historias confluyen y encajan al final. Comienza con el paso de uno de los protagonistas a un estado extraño de muerte en vida, y la llegada de su prometida al reino de éste. El desconcierto de la chica, a la que se le cuenta que ha muerto, pasa rápidamente a una trama de espionaje, intrigas palaciegas, guerras entres reinos. El tercer protagonista actúa de embajador y representa a una sociedad orientada y estructurada según la religión. Éste es el que más sorprende, según avanza la historia.

La primera parte me asustó un poco, porque parecía que el desenlace era muy obvio, pero al final se resuelve de manera que termina por enganchar. Es cierto que no podía dejar de pensar que quizás otros autores hubieran sacado más jugo a la historia y al entorno creado. El mundo es muy original, los personajes son bastante buenos, pero el desarrollo de la historia merece algo más de elaboración.

En resumen, un libro curioso para leer en las vacaciones.

sábado, 28 de agosto de 2010

Los Maia, de Eça de Queirós

Hoy le toca el turno a uno de los grandes de la novela decimonónica. También uno de los más desconocidos en España. Porque aquí, por alguna razón que no llego a comprender, apenas se lee a los portugueses (¿podrías citar cinco novelistas portugueses, aunque no los hayas leído?). Es más, esta novela, considerada por algunos como el Quijote de la literatura portuguesa, sólo se ha traducido hace poco. La edición que yo tengo, de Pre-textos, es de 2001, y antes de eso me pasé años buscándola sin éxito. Sólo fui capaz de encontrarla (en dominio público) en portugués (y no me atreví con ella, en parte por cobardía, en parte porque no tenía e-book). Si buscáis un poco, veréis que a Eça de Queirós se le ha empezado a traducir recientemente, comenzando por sus novelas menores, lo que me hace pensar que tiene poco tirón editorial. En fin, dejemos eso.

Los Maia narra la historia de la la decadencia de la burguesía aristocrática de Lisboa a través de una familia en extinción: los Maia. La novela profesa en la corriente realista de su época, si bien se notan aún en ella retazos del romanticismo. Pero no es un realismo al estilo de Galdós, porque en esta novela no hay más que una clase social. El resto apenas si aparece reflejado en ella, y prácticamente siempre en la figura de los criados, de cuya vida apenas se nos cuenta nada. El objetivo de Eça de Queirós es hacer en esta novela una crítica despiadada de la burguesía portuguesa, a la que nos pinta como diletante, estúpida, inútil y, a la postre, responsable de todos los males del país. La religión recibe también su ración de cera, en esta como en otras novelas de Eça (notablemnte en El crimen del padre Amaro). Todo ello lo hace al modo del realismo: retratando de forma prolija y exhaustiva la vida de un puñado de burgueses, que se desarrolla alrededor del protagonista: Carlos da Maia. Asistimos por ello a tediosas cenas y soirées, sesiones de ópera, carreras de caballos, y toda la retahíla de actividades chorras en las que malgasta el tiempo la burguesía. Oímos hablar a unos y a otros de emprender grandes proyectos que nunca llegan a nada, excepción hecha de la seducción de mujeres casadas, una de las aficiones preferidas de esta gente y la más espectacular manifestación de su hipocresía (porque en el momento en que el marido cornudo descubre el pastel, toda la sociedad, que hasta ese momento se divertía con el engaño, se escandaliza de la falta de moral del seductor).

Pero la virtud de esta novela es también su lacra: hace falta moral para leer páginas y páginas de conversación banal, de escenas en que no pasa nada, tan necesarias para el exacto retrato que el autor pretende como aburridas (porque, de hecho, aburrida es la vida que se nos describe). No obstante, Eça de Queirós ha introducido un gran personaje que alivia un tanto la pesadez del relato: Ega, el íntimo amigo de Carlos da Maia. Se trata de un personaje al que le gusta escandalizar y que se opone a todo por sistema. Sostiene opiniones contrarias a todo el mundo, a veces defendiendo posturas insostenibles, pero siempre con una argumentación ingeniosa y brillante. Por eso la sociedad lo tolera, a pesar de que da cera a diestro y siniestro, a salvo bajo su máscara de escandalizador profesional. Lo que no quita que ante la menor muestra de debilidad la sociedad se ensañe con él. Es, como su amigo, un diletante, que habla constantemente de la gran novela que está escribiendo (y que, como es obvio desde el principio, jamás termina). Se manifiesta como un convencido seguidor del realismo frente al imperante gusto por la lírica romántica, cuando en realidad es uno de los personajes más románticos de la novela.

Hacia la mitad del libro aparecen elementos folletinescos que amenizan el relato y que llevan la historia a su final a través de una trama que va dando inesperados giros aquí y allá (aviso importante: no leáis nada sobre esta novela, ni el prólogo ni siquiera la contraportada; por alguna razón a todo el mundo le parece natural desvelar el desenlace de esta historia). Llamo la antención sobre el final final; la última página, quiero decir. En ella propone Eça una graciosa antítesis entre las reflexiones de sus personajes y sus acciones que da a la novela un brillante remate.

En definitiva: una gran novela que hay que leer, pero recomiendo a quien se atreva con ella que se reserve un par de semanas sin otra preocupación y que se enfrasque en su lectura. Y si alguien se ve capaz, tengo el pdf de la versión portuguesa.

viernes, 27 de agosto de 2010

El silencio del bosque, de Tana French


Había visto en la librería este libro hace tiempo entre los bestsellers recientes, pero me resistía a comprarlo hasta que no saliera la edición de bolsillo porque no había leído antes nada de la autora (normal, porque es su primera novela). Finalmente este verano me he hecho con él por otros procedimientos y ha resultado ser una buena novela policiaca para las vacaciones, ya que a mi me gusta mucho este tipo de lectura y el libro trabaja bastante los personajes y también la trama está cuidada.

La historia se desarrolla en una pequeña población de Irlanda y va siendo narrada por uno de los detectives (Ryan), que junto con su compañera, Cassie, investigan la muerte de una niña en un yacimiento arqueológico. Este yacimiento se encuentra en el bosque en el que años atrás desaparecieron otros dos niños, amigos de Ryan, que tenía entonces doce años. La investigación de los dos casos se va entremezclando y mantiene la atención desde el principio hasta el final del libro. Yo me enganche enseguida, y aunque ha habido momentos durante la lectura en los que pensaba que la trama iba a ser más compleja, en especial la implicación del detective Ryan, creo que es una buena novela policiaca.

martes, 24 de agosto de 2010

SuperFreakonomics, de Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner



Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pues bien, aparte de El Padrino y el Imperio Contrataca, ya tenemos una nueva excepción. Superfreakonomics es la continuación de Freakonomics, ya comentado por José aquí en la Cuesta de Moyano. Levitt y Dubner nos vuelven a reunir en un libro la parte más divertida e interesante de la Economía, la que no está enfocada a explicar la inflación y el desempleo y sí a contarnos por qué el precio del sexo oral ha bajado tanto en la segunda mitad de este siglo. ¿Interesado? ¿tú por qué crees?

Igual que en el primer libro, los autores nos muestran su maestría y la de algunos otros economistas y sociólogos a los que toman prestados algunos casos, para contestar con rigor a un montón de preguntas tales como ¿en qué se parece una prostituta al Santa Claus de unos grandes almacenes? ¿podemos salvar el planeta comiendo canguro? ¿es mejor un proxeneta para una prostituta qué un agente inmobiliario para alguien que va a vender su casa? ¿por qué se utiliza tanto la quimioterapia si casi nunca funciona?. No existe ningún hilo conductor en el libro más allá de la sucesión de pensamientos que caso tras caso van surgiendo en la mente de quién lo lee: qué pregunta tan interesante, qué ingeniosa forma de utilizar datos empíricos para contestarla y ¡pero por qué no se me habrá ocurrido a mí!. 

Como todos, el libro también tiene sus peros. En mi caso me ha resultado tremendamente frustrante el análisis que hacen de la mejor forma para atrapar a un terrorista. Como contrapeso en la parte final se habla de geoingeniería, disciplina de la que nunca había oído hablar pero que promete bastante. No cuento más que no quiero desvelar sorpresas, sólo decir que es un libro casi casi tan recomendable como el primero, quizá con menos respuestas pero con buenas preguntas, que muchas veces es mejor. ¡Y muchas gracias José por la iniciativa del blog!

domingo, 22 de agosto de 2010

Huye rápido, vete lejos, de Fred Vargas


(¡Qué verano de lecturas llevo!). Una policiaca. Ya he contado que no soy aficionado al género, pero cuando eché en la maleta el libro que estaba leyendo (muy avanzado) y otro que quería leer (muy corto), me pareció que no me iba a dar para 15 días y pillé uno rápidamente de la estantería;  algo que pareciera una lectura de tumbona. Nada sesudo. Había leído recientemente a alguien (no sé si a Silva o a Volpi) que hablaba bien de Fred Vargas y me dije "¡Venga, va!".

Para los que penséis (como yo pensaba) que Fred Vargas es un autor chicano nacido en el Bronx o en algún barrio marginal de Los Ángeles os sacaré del error: se trata de una escritora francesa, parisina por más señas. Cuando lo descubrí me dije: "escritora de novela negra francesa; ¡Dios mío, qué he hecho!". Y sí, el libro es raro, porque todo lo que hacen los franceses es raro. Pero es raro en el mismo sentido en que lo es Delicatessen, un peliculón. Cuando llevas dos o tres capítulos de la novela te da la impresión de que los personajes encajarían muy bien en la aldea de Asterix. El detective es un friqui. Y la historia un tanto rocambolesca. Pero como en Delicatessen, eso es una buena parte del encanto. La novela se lee sola (así que después de todo me quedé corto y debí haber echado otro libro más a la maleta), la historia es buena y a los personajes les coges cierto cariño. Como a los de Asterix. Así que me he quedado con ganas de leer más historias del detective Jean-Baptiste Adamsberg (¡manda güevos!).

sábado, 21 de agosto de 2010

The road, de Cormac McCarthy

Mirando en las estanterías de una libería en Santa Fe descubrí que "No country for old men" fue novela antes que película y que "The road" es otra novela de Cormac McCarthy y que ahora también es película. Qué lío. El caso es que la peli de los Cohen invita a descubrir al autor. The road es una novelilla de pocas páginas (unas 200) que se lee en un par de tardes. Es mejor de lo que parece, sobre todo si tienes tiempo de pensar cuando cierras el libro antes de la siesta. Cuenta la historia de un padre y un hijo en un mundo post-apocalíptico. No cuento nada porque es mejor descubrirlo. De hecho el libro cuenta muy poco pero insinúa muchas cosas por detrás. Es más truculento de lo que parece...

On Writting, de Stephen King

Siempre he sido un devorador: de comida, de música y de literatura. Lo primero me viene de familia, lo segundo de una dura infancia de viajes con una "caravana" a cuestas escuchando a Julio Iglesias en el coche y, lo tercero, porque mis primeros libros fueron los de la colección de libros de "los cinco" de Enyd Blyton. Desde entonces cuando descubro algo, no descanso hasta que otro "algo" lo sustituye. Así pasó con Dire Straits (que sustituyó a Julio...), Benedetti o John Dos Pasos.

Hace unos 25 años me dio por Stephen King. Creo que leí 7 u 8 libros en un verano. Con el tiempo el recuerdo era cada vez más penoso y nunca he vuelto a leer nada de él... hasta este verano. En realidad no se trata de una novela sino de una reflexión autobiográfica que justifica el por qué es escritor y cómo escribir como dios manda (o sea como él, claro). El libro parece una versión "grunge" del "Elements of style" de Strunk, pero la verdad es que es realmente entretenido. Cortito; se lee en un pis pas. Ahora creo entender por qué era capaz de devorar los libros de Stephen King en un tiempo tan corto (teniendo en cuenta que se trata de auténticas "biblias" de infinitas páginas). Es un gran narrador y el libro es estupendo para el veranito. Lo leí en papel pero tengo el EPUB...

jueves, 19 de agosto de 2010

Freakonomics, de Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner

En 1995 las previsiones sobre el aumento de la criminalidad en Estados Unidos eran escalofriantes. Los "expertos" hablaban de que en pocos años se convertiría en el problema más grave que iba a enfrentar el país. Clinton, en un discurso, afirmó que, de no controlar el problema, en seis años la supervivencia en las calles iba a ser la mayor precupación de un estadounidense. Y todo ello a causa de la proliferación del denominado por los medios "superdepredador", un adolescente formado en las bandas de distribución de crack, armado hasta los dientes y carente de ningún tipo de escrúpulos. Y de buenas a primeras, pese a todas las predicciones catastrofistas, el crimen empezó a remitir drásticamente y en pocos años se volvió a los niveles de violencia de varias décadas atrás. ¿Qué había ocurrido? ¿Fue el incremento de efectivos policiales y sus tecnologías mejoradas? ¿Fue una consecuencia del crecimiento económico? ¿Tal vez las medidas restrictivas en el control de armas? ¿O cambios en el mercado del crack? La sorprendente respuesta del economista Levitt, uno de los autores de este libro (el otro es un periodista del New York Times), es que la verdadera causa de la súbita caída de la violencia fue la legalización del aborto en Estados Unidos a raíz de una sentencia favorable del tribunal supremo en 1973.

Todo el libro es así. En diversos capítulos se nos cuenta cómo detectar el fraude de algunos profesores del sistema público de educación, combates amañados en los campeonatos de sumo, se nos explica por qué los traficantes de droga siguen viviendo con sus madres (en un capítulo cuyo contenido puede verse con todo lujo de detalles en la primera temporada de la serie The Wire ---¡muy, muy recomendable!), o cuáles de las cosas que los padres nos vemos impelidos a hacer por la educación de nuestros hijos son completamente irrelevantes. No hay un "tema" desarrollado en este libro, más allá de cómo encontrar patrones estadísticos que nos digan algo sobre los comportamientos y fenómenos sociales que nos rodean, y tal vez cómo influyen los incentivos en el comportamiento de las personas.

El libro me lo recomendó un amigo diciéndome que era muy divertido. Desde aquí lo puedo confirmar. Se lee, además, de un tirón (entre otras cosas, porque es bastante corto). Así que, pese a lo que pudiera parecer, se trata de una amena lectura de verano, que además, como habréis podido inferir, puede dar tema para varias tertulias gintónicas.

martes, 17 de agosto de 2010

Cronopaisaje, de Gregory Benford

El continuo vertido de pesticidas a los mares ha producido una alteración del ecosistema marino y el plancton está desapareciendo. Como consecuencia los recursos del planeta se están agotando, la gente pasa hambre y la civilización se encamina a su fin. En 1998 un científico inglés propone al comité mundial encargado de tomar las decisiones acerca de la distribución de los escasos fondos de investigación un experimento desesperado: su idea es enviar un mensaje a 1962 utilizando los recién descubiertos taquiones, partículas que se mueven más rápido que la luz y pueden, por tanto, viajar al pasado, avisando del problema con el fin de evitar que se produzca. El lugar y la fecha están condicionados por el hecho de que los taquiones interaccionan con los núcleos atómicos, y sólo pueden detectarse en experimentos de resonancia magnética nuclear.

Se trata de un genuino argumento de novela de ciencia ficción, pero aviso a los amantes del género que esta no es una novela de ciencia ficción al uso. El argumento es una excusa que permite al autor, físico de formación, profundizar en dos aspectos de la vida de un científico. Por un lado, el físico inglés de 1998, tiene que luchar contra una burocracia miope y corrupta para llevar a cabo los experimentos con taquiones que se necesitan para comprender la física de estas partículas. Ese es su verdadero objetivo; la comunicación con 1962 es el "gancho" que se le ocurre para vender el proyecto y así conseguir la financiación que necesita. Por otro lado, el físico de la universidad de la Joya (en realidad un judío de Nueva York, cuyas relaciones con su familia y su novia californiana añaden una dimensión más a la novela), se enfrenta a la enorme resistencia que tiene que vencer un científico que propone un cambio radical del paradigma imperante. Estos son los dos pilares sobre los que descansa la novela. Las relaciones humanas de estos dos científicos ayudan a desarrollar sus respectivos caracteres y complican aún más la ya difícil situación que enfrentan. La resolución de la novela no la desvelaré aquí, evidentemente, pero no creo que sorprenda a nadie. No es por eso por lo que esta novela está considerada un clásico en la literatura de ciencia ficción.

En definitiva: una novela muy recomendable. Los que sois aficionados al género seguramente la habréis leído hace años. Yo, que no soy un gran aficionado, acabo de hacerlo y me he llevado la agradable sorpresa de encontrame con una novela que trasciende el género, como a mí me gustan. A los que estéis en mi situación, espero que también la disfrutéis.

domingo, 15 de agosto de 2010

La estrategia del agua, de Lorenzo Silva

Me hice fan de las peripecias de este par de picoletos como mucha gente: tras leer El alquimista impaciente, el segundo libro de la saga. A su lectura le siguieron el primero, El lejano país de los estanques, y el tercero, La niebla y la doncella. No soy aficionado a la novela negra, pero los tres libros me encantaron. Y la razón es que lo que básicamente busco en cualquier libro, sea novela negra, de ciencia ficción o literatura seria, son personajes creíbles e interesantes. La trama de la novela (especialmente las de crímenes) me trae un poco sin cuidado en tanto que los personajes molen. Y el (entonces) sargento Bevilacqua y la (entonces) guardia Chamorro molaban, y mucho. Era muy fácil identificarse con ellos, con su forma de ver las cosas y de enfrentarse al mundo. Bevilacqua es un genuino especimen de mi generación, y eso crea una sintonía especial con el personaje que hace que guste a los que, como yo, saben quién es Koji Kabuto.

A raíz de estos libros he leído más cosas de Lorenzo Silva y, sin que me hayan gustado todas por igual, Silva se ha convertido en uno de los autores a los que sigo. Por eso me cuesta hacer una crítica negativa de este libro. Y es que, con franqueza, me ha decepcionado bastante. El problema no es la historia: la trama está bastante currada y consigue mantener el interés. El problema (para mí) es que los personajes han dejado de ser ellos mismos para convertirse en meros instrumentos de esa trama. Es verdad que aparecen detalles de su vida al margen del caso, y de que hay alguna escena en el libro que intenta trabajar la relación entre ellos, pero han dejado de ser los verdaderos protagonistas en favor del caso policiaco en el que trabajan. Hay personajes nuevos, pero tienen muy poca profundidad para que atraigan interés (insisto: el mío). El libro gustará a los lectores asiduos de novela negra (aunque hay que admitir que los picolos van un tanto demasiado sobrados de buena suerte en este caso), pero para mí lo que tenía interés en las tres primeras novelas, ha desaparecido. Ya no son Bevilacqua y Chamorro trabajando en un caso, sino un caso en el que trabajan Bevilacqua y Chamorro.

No se trata de un problema de esta novela solamente: hay un punto de inflexión a partir del libro de relatos sobre estos personajes Nadie vale más que otro, cuatro asuntos de Bevilacqua, que afecta, además de a esta, a la novela que la precedió: La reina sin espejo. Hay un claro desplazamiento del centro de interés de los personajes a la trama. Para ser justos he de decir que seguramente me lea la siguiente novela de Silva de esta saga (que, a juzgar por lo que me dijo una vez que hablé con él, todavía tiene intención de continuar), así que realmente no es tan mala como mi comentario pueda hacer pensar. Es solo que en esta relación (la mía con los personajes) se ha perdido la chispa del principio...

domingo, 1 de agosto de 2010

Fiasco, de Stanisław Lem

Si digo que Stanisław Lem es uno de los autores de ciencia ficción más profundos y originales que han existido nunca seguramente no estaré revelando nada a ningún seguidor del género. Cualquiera que haya leído esa pequeña obra maestra llamada Ciberiada, o Diarios de las estrellas, o Memorias encontradas en una bañera, o Solaris, o la genial Vacío perfecto, convendrá conmigo en que no exagero si digo que Lem es a la ciencia ficción lo que Borges es a la literarura. Y tal vez sea una definición demasiado restrictiva de lo que representa su obra. Lem tiene una amplia producción de relatos cortos y novelas, y cualquiera de las que he mencionado haría una buena entrada en este blog. ¿Por qué de entre todas selecciono aquí precisamente Fiasco? Bueno, por un lado porque es de las últimas novelas de Lem que he leído (no es la última, después leí Edén). Pero la verdadera razón es que esta es la novela de ciencia ficción en la que se describe la versión más creíble que yo he leído jamás del encuentro con una inteligencia alienígena. De lejos. Quiero decir que hasta la última página no serás consciente del abismo que hay entre todo lo que has leído al respecto y la versión de Lem. Y te darás cuenta de que Lem lo clava: no puede ser de otra manera que como lo describe él. Todo lo que hayas leído anteriormente es una caricatura al lado de esto. Por eso me gusta Lem. Por eso me parece un genio. Porque sus relatos alcanzan el nivel de especulación científica en toda ley. "Si alguna vez el hombre se encuentra con otra forma de inteligencia", parece decirnos Lem en esta novela, "lo que cabe esperar es algo como esto".